¿Y por qué no? la participación de las mujeres en la política.

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La
invisibilización de nuestro actuar político ha sido sistemático. La lucha de
las mujeres por el derecho al voto en México iniciada desde 1916 es un tema que
solo personas académicas dedicadas a tratarlo conocen, y no es casualidad, es
causalidad. El sentimiento de no merecer un puesto de representación se nos ha
sido insertado desde pequeñas, creer que no somos sujetas de derechos ha sido
maquinado desde esa política que se ha construido como nuestra sociedad:
patriarcal, y que se ha vuelto el referente de lo que debe ser inherentemente.

Este
año comienza una jornada electoral y la búsqueda de un refrendo de apoyo
ciudadano al partido en el poder, Morena, o eso es lo que inunda las columnas
de los periodistas de opinión; pero, para las mujeres es una contienda y una
oportunidad histórica que se nos debía hace mucho. Los partidos políticos
recién se han comprometido por una democracia paritaria y libre de violencia de
género, y aunque varios organismos lo celebran como una jugada de avanzada,
también pone de manifiesto la violencia política que hemos vivido en un país
que se presume democrático en donde la mayoría de la población son mujeres.

Es
cuestionada siempre la incursión de una mujer a la política, como casi
cualquier cosa que tiene un escrutinio diferente en un mundo que sigue teniendo
una mirada misógina y que no es capaz de asumir las capacidades de las mujeres fuera
del hogar y en la cama. Es también cuestionada desde espacios feministas que no
ven en la participación política de una democracia representativa la solución a
los problemas que como mujeres nos aquejan. Las dificultades y la mala mirada
siempre las acompaña.

Las
mujeres somos sujetas de derechos, los cuales nunca se nos han regalado, y
deben ser ejercidos. La militancia feminista no culmina en la política pero sí
la necesita. Trabajar con, por y para las mujeres es parte de una política
feminista que debemos mostrar que es posible. Poner en la agenda la exigencia
de nuestros reclamos y peticiones nos lo demanda.

Y
como dice la joven feminista y activista chiapaneca, Lupita Ruiz Coutiño, ¿y por
qué no? La aspirante a candidata a la diputación federal por representación
proporcional (plurinominal) por Morena representa esa chispa de esperanza de
poder hacer política feminista, interesada en conformar una agenda para el sur,
ha recorrido y escuchado a diversas colectivas, organizaciones y asociaciones
feministas para recoger sus voces y conglomerarlas en una propuesta sólida que
resulte de las necesidades, locales, y estatales de la zona; consciente de que
el territorio determina y encrudece la violencia y las opresiones que nos
atraviesan. Sumar más mujeres en el congreso hará un bloque que tal vez y solo
tal vez resuene tanto que por fin sean atendidas por el presidente.

El
poco entendimiento acerca del feminismo en la 4T no es suficiente ante la
emergencia feminicida y de impunidad a la violación de nuestros derechos. El
ocupar cargos dentro de la administración pública es sumamente importante, pero
también y consecuentemente más importante es que se dejen escuchar a esas voces,
que decidan de verdad. Las mujeres morenistas y feministas no paran de querer
demostrar lo contrario en los asuntos que necesitan su posicionamiento fuerte y
claro. Citlalli Hernández, Olga Sánchez, Irma Eréndira y Rosario Piedra hacen
malabar de palabrería, un galimatías pésimo a la hora de dar la cara por
declaraciones del Jefe del Ejecutivo; vemos cómo las devoran los intereses
electorales y políticos que están a la vuelta de la esquina y que se manifiesta
como un leviatán que arrastra con convicciones, 
discursos e ideologías. Son muy contadas las funcionarias que mantienen
su congruencia con el movimiento y los reclamos legítimos de este, ante hechos
específicos y controversiales.

La
actual acusación sobre Félix Salgado Macedonio y la avalancha de declaraciones,
posicionamiento y justificaciones al personaje nos deja ver la situación real
que se vive en la política nacional más allá de la retórica y el discurso que
se nos da desde las mañaneras.

Liga

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